There are many borders to dismantle, but the most important are the ones within our own hearts and minds – these are the borders that are dividing humanity from itself --Ai Weiwei
No es una sorpresa que con un presidente como Trump en la Casa Blanca, divisiones dentro de las mentes de la mayoridad de los Americanos en los Estados Unidos están prominente. En 2015, cuando anunció su intención de presentarse como candidato por la posición de presidente, Trump dijo, “When Mexico sends its people, they're not sending their best. They're not sending you. They're not sending you. They're sending people that have lots of problems, and they're bringing those problems with us. They're bringing drugs. They're bringing crime. They're rapists. And some, I assume, are good people… It's coming from more than Mexico. It's coming from all over South and Latin America, and it's coming probably -- probably -- from the Middle East.” Esta quotation exemplifica un narrativo de excepcionalismo Americano. Propone la idea que las personas de los Estados Unidos no solamente son mejor que las personas de otros países pero también que merecen tener esta posición privilegiada. La imagen de barreras y fronteras exemplifica esta noción que los Estados Unidos necesita pararse del resto del mundo porque sino tiene el riesgo de estar corrupta por las ideas negativas de los otros países. El problema es que la identidad nacional los Estados Unidos está basada en nociones de exclusión. Una parte muy importante de derrocar estas nociones de exclusión es poner nosotros y poner toda nuestra cultura en cuestión. Ai Weiwei eligó de crear un documental, Human Flow que ayuda a acercar la población global a las luchas de personas desplazadas. Eso es activismo al nivel global pero también cada individuo necesita hacer un tipo de activismo personal. Para tener un mundo mejor para todos, todos y particularmente las personas en posiciones de privilegio necesitan tener un diálogo interno. Ai Weiwei nos pregunta, “How do we think the poor, displaced or occupied can exist when their societies are destroyed? Should they simply disappear? Can we recognise that their continued existence is an essential part of our shared humanity? If we fail to recognise this, how can we speak of “civilised” development?” El explica que es la responsabilidad del oeste y de los países privilegiados de preguntarse sobre eso y cambiarse a través de estas preguntas. Lo que sabemos es que hay poder en democracia en los Estados Unidos. Cuando la población se muestra involucrada y activista hay cambios al nivel nacional. Estos cambios pueden ser muy lentos pero estos cambios emergen poco a poco. En un mundo globalizado, las decisiones de un país tiene efectos en todo el mundo. El cambio que necesitamos hacer hoy como individuos en los Estados Unidos es abrir nuestras mentes y enfrentarnos a un problema que puede parecer muy lejo de nosotros. Es nuestra responsabilidad como personas que tienen este poder de cambiar a nuestra manera de pensar y buscar la verdad. Una manera muy distinta y efectiva de hacer estos cambios es a través de acercarse de las poblaciones marginalizadas. En este blog, hablaré de lo que me enseño mi trabajo como voluntaria al Santuario sobre mis valores, mis conocimientos y mis emociones. Conocimientos: Trabajar como voluntaria fue importante para mi en desarrollar más conocimientos sobre el impacto global del trabajo que hace el Santuario. Durante este semestre, la administración de Trump decidí parar el programa de TPS para El Salvador, Honduras y algunos otros países. Las reacciones fueron varias. Algunos celebraron esta legislación, diciendo que fiel a su nombre esta protección debe ser “Temporary” lo que significa la necesidad de terminarla ahora. Pero otros citaron la humanidad de los 200,000 Salvadoreños vulnerables. Aunque escuché y leí mucho sobre este problema, solo es cuando ví la reacción de nuestros clientes que pudé comprender los verdaderos efectos de una decisión como la de Trump. Conceptualizó por primera vez la realidad de todas las familias y individuos que se establecieron en los Estados Unidos, quienes tienen hijos que crecieron lejo de su país de origen, y la inhumanidad de querer desplazar otra vez a estas personas. Ver el impacto personal me ayuda a concretizar lo que estaba escuchando en las noticias. Aunque trabajar como voluntaria al Santuario no es algo nuevo para mi, esta clase de Español me ayudó a enfocarme no únicamente sobre mi trabajo individual y sobre mis relaciones con mis clientes pero también a comprender cómo estas interacciones funcionan dentro de lo que está pasando en el mundo. Crear el volunteer handbook donde investigué los diferentes servicios que propone el Santuario fue otra manera en que pudé ver los problemas más globalizados. Aprendí más sobre lo que qualifica un inmigrante por el asilo afirmativo y el proceso que se requiere de estas personas. Valores: Cada vez que me encontró con clientes, ellos cambian un poco mi manera de pensar. Por ejemplo una vez, fue encargada de entrevistar a un hombre de Turquía. El fue parte de una organización culta como dijo en mi diario, “En general no me gusta las ideas de cultas porque pienso que creen un sentimiento de ‘groupthink’ que beneficia a los líderes de estas organizaciones sin ayudar a la población… Pero en escuchar a este cliente, pensé en la importancia de tener un poder de decisión en su país. No es mi rol de juzgar si su culta está bien o no porque sino yo cometo la misma error que el gobierno de Turquía.” En trabajar con personas que tienen diferentes valores o que eligieron diferentes opciones, cuestiona mi propio rol lo que enriquece mi experiencia y mi vida. Trabajar como voluntaria cerca a la realidad de personas con menos privilegio me ayuda a criticar el sistema y a explicar la desigualdad del mundo. Por ejemplo, las dos veces que fue a la oficina de inmigración, vi la manera en que los clientes fueron tratados por los oficiales. Cada vez el oficial pregunta sus preguntas de manera muy deshumanizada aun cuando el cliente estaba contando una historia traumatizante. Estas experiencias fortalecieron mis valores justicia porque no estaba de acuerdo con el sistema. La última cosa que aprendí sobre mis valores es la necesidad de ponerme en situaciones un poco incómoda para ayudar en situaciones difíciles. A través de ayudar para hacer oportunidades pude desarrollar mi aprendizaje de la lengua. Por ejemplo, algunas veces cuando estaba voluntarando en la sala de espera teníamos algunas personas que necesitaban un entrevista de intake pero nadie del staff pude hacerlo luego voluntarear para hacerlo. Eso me ayudé a desarrollar mi práctica del español y también fortalece mi sentido de la importancia de pensar alrededor de mi a lo que necesita hacer para el bien de la organización. Emociones: La experiencia de voluntarear en el Santuario desarrollar mi habilidad de empatizar con otros. Particularmente en mi experiencia interpretando por clientes, yo ví como pude sentirme tan conectado a la experiencia y a los sentimientos de otra persona con experiencias de vida tan diferente a mi. Por ejemplo en unos de mis diarios puse, “Hay un verdadero sentimiento de empatía que resulta de interpretar utilizó la forma de “yo” para hablar de la historia del cliente. Yo soy consciente que no puedo comprender sus experiencias y sentimientos muy personales porque no vive su historia pero compartir algunas horas escuchando y hablando de la historia como si fuera mi propia me hace sentir muy cerca del cliente.” Interpretar en el Santuario me da la oportunidad de conectarme totalmente a la historia de otra persona. Eso es una gran diferencia con casi todos los otras áreas de educación en mi vida donde muchas veces los sistemas no permiten a la personalización del aprendizaje. Escribí en mi diario sobre una citación que ví fuera de un campamento de personas sin hogar en Oakland que me hizo pensar en las experiencias de muchos inmigrantes y clientes que tengo el privilegio de conocer, “We are survivors not savages.” Tantas veces inmigrantes son tratados como personas definidas por su nacionalidad y por su identidad, que necesitan probar su humanidad básica y luchar para tener derechos básicos. Eso es un problema de nuestra sociedad que propone las divisiones entre las personas. Nuestra cultura necesita cambiar cuando las personas que tienen privilegio se acercan de las poblaciones más marginalizadas. Mis experiencias al Santuario me enseñaron que no es posible ver a personas como salvajes cuando conocemos su historia.
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